31 ene 2021

El problema de la demarcación entre ciencia y pseudociencia

El nombre de pseudociencia se aplica a toda creencia o práctica que es presentada como ciencia, pero que en realidad no lo es. Las pseudociencias constituyen un grupo bastante heterogéneo, ya que en esta definición se incluyen:
  • creencias antiguas con cierto arraigo, como la astrología.
  • nuevas modas, muchas veces impulsadas por colectivos de timadores que pretenden obtener beneficios económicos valiéndose del prestigio de la ciencia. Aquí entran por ejemplo terapias que no funcionan más allá del efecto placebo como la homeopatía.
  • ideologías dogmáticas impuestas por los que ostentan el poder. Aquí entra por ejemplo la economía neoliberal, cuyos mantras utópicos nos son vendidos como si fueran leyes científicas bien establecidas.

A primera vista uno podría pensar que el problema de las pseudociencias es un problema fácil de resolver. Basta con enseñar a la población la diferencia entre lo que es ciencia y lo que no lo es. Y esto podemos hacerlo a dos niveles: con una mejor educación científica en las escuelas, y con una mejor divulgación científica en los medios de comunicación.

Título de un vídeo de un conocido medio que realiza una importante labor para contrastar noticias y desmentir bulos.

Sin embargo, ¿realmente somos capaces de dar unas pautas sencillas que nos permitan demarcar sin ambigüedad qué creencia o práctica es científica? ¿Realmente el sistema educativo está contribuyendo a dar a la población la formación científica necesaria para distinguir ciencia de pseudociencia? ¿Está ayudando también la divulgación científica que se está haciendo a esta empresa? ¿Nos están ayudando los científicos profesionales? ¿Nos ayudan los profesionales de la salud a que no caigamos en los engaños de las pseudoterapias? Desgraciadamente, ninguna de estas preguntas tiene una respuesta afirmativa. En este artículo vamos a analizar sólo la primera pregunta. El lector interesado en las demás preguntas puede consultar este otro artículo. Por tanto, aquí nos vamos a centrar en responder a esta pregunta: ¿Realmente somos capaces de dar unas pautas sencillas que nos permitan demarcar sin ambigüedad qué creencia o práctica es científica?