10 jul 2020

¿Qué es cuantizar?

A principios del siglo XX la física sufrió dos revoluciones que la cambiaron para siempre. La mayor de ellas, la revolución cuántica, nos hizo ver que objetos matemáticos que dábamos por hecho que poseían existencia física, como, por ejemplo, la trayectoria de las partículas, en realidad de forma precisa no existen en la naturaleza. El principio de indeterminación nos dice que las partículas elementales no son ni ondas ni corpúsculos clásicos, sino unos objetos cuánticos que, en su movimiento, no siguen una trayectoria bien definida. En la teoría que describe el comportamiento de estos objetos, la mecánica cuántica, las variables dinámicas como la posición $x$ o la cantidad de movimiento $p$ no son números reales, sino operadores $\hat{x}$, $\hat{p}$ en un espacio vectorial cuyos elementos son los estados de la partícula cuántica. El principio de indeterminación da lugar a que estos operadores no conmutan, sino que obedecen a la relación de conmutación $ [\hat{x},\hat{p}]=i\hbar$. Todo en la naturaleza es cuántico y, por tanto, obedece a los principios de la mecánica cuántica.

Se denomina cuantización a los procedimientos que nos permiten obtener una descripción cuántica de un sistema físico a partir de su descripción clásica. Gracias a los métodos de cuantización, podemos pasar de la mecánica clásica de un sistema físico a la mecánica cuántica del mismo. Por ejemplo, si tomamos el oscilador armónico clásico, cuyo hamiltoniano$$
H=\frac{{p}^2}{2m}+\frac{1}{2}m\omega^2{x}^2
$$ es una constante de movimiento que puede tomar cualquier valor mayor o igual que cero, y promocionamos las funciones $x$ y $p$ del espacio de fases a operadores en un espacio de Hilbert con la relación de conmutación antes descrita, obtenemos el oscilador armónico cuántico. En éste, por culpa del principio de indeterminación, el estado de menor energía no es el de $E=0$, sino el de $E=\hbar \omega /2$, mientras que los demás niveles toman, por ser un sistema ligado, valores discretos, en este caso separados por $\hbar \omega$. Análogamente, si cogemos la descripción clásica del átomo de hidrógeno, la del modelo de Rutherford, en la que un electrón orbita en torno a un protón, y promocionamos la posición y la cantidad de movimiento del electrón a operadores, obtenemos el modelo mecanocántico del átomo de hidrógeno, en el que, también por culpa del principio de indeterminación, el electrón en el estado de menor energía está deslocalizado en torno al protón en una región de un tamaño del orden de magnitud de $$ a_0=\frac{4\pi \epsilon_0 \hbar^2}{me^2}$$
Al método de cuantización que acabamos de describir se le denomina cuantización canónica. Éste consiste en promocionar a operadores las funciones del espacio de fases del sistema clásico, imponiendo las relaciones de conmutación adecuadas. Sin embargo, éste no es el único método de cuantización que existe. Hay otros métodos, como son la cuantización geométrica, la integral de camino de Feynman, la basada en las funciones de distribución cuánticas, etc.

En los dos ejemplos que acabamos de mencionar, o en el caso más general de una partícula no relativista sometida a un potencial $V(x)$, al promocionar $x$ y $p$ a operadores no tenemos ningún problema de ambigüedad en la mayoría de las aplicaciones por el hecho de que en la teoría cuántica $\hat{x}$ y $\hat{p}$ no conmutan. Sin embargo, en el momento en el que estamos interesados en observables que clásicamente sean funciones tanto de $x$ como de $p$, o en sistemas con hamiltonianos que poseen términos que combinan $x$ con $p$ (como por ejemplo en el caso de una partícula cargada) entonces hay distintas formas de asignar, a cada observable $f(x,p)$ en mecánica clásica, su correspodiente observable $f(\hat{x},\hat{p})$ en mecánica cuántica. Hay distintas asignaciones posibles porque estos observables dependen de con qué criterio se ordenan los productos de $x$ con $p$. A cada una de estas formas se le denomina esquema de cuantización, y cada uno de ellos da lugar a predicciones distintas, con lo que es importante saber cuál es el adecuado en cada caso. Es importante señalar que este problema de saber qué orden es el adecuado en el hamiltoniano y en los observables mecanocuánticos aparece de forma genérica incluso aunque impongamos que estos operadores deben ser hermíticos. La condición de hermiticidad no es suficiente para fijar sin ambigüedad qué observable mecánocuántico $f(\hat{x},\hat{p})$ es el que se corresponde con el observable clásico $f(x,p)$. Son en última instancia los experimentos los que tienen que decidir cuál es el esquema de cuantización adecuado para un sistema físico.

Bien, supongamos que tenemos resuelto para un sistema físico concreto el problema del esquema (orden) de cuantización. Para muchos estudiantes, la cuantización es un procedimiento que, aunque pueda ser en la mayoría de casos mucho más largo y tedioso que en el oscilador armónico o el átomo de hidrógeno, es directo, una vez que se ha elegido el esquema de cuantización adecuado. Piensan que los distintos métodos de cuantización son recetas infalible mediante las cuales, a partir de una teoría clásica concreta, se obtiene su correspondiente teoría cuántica.

En este artículo vamos a ver por qué esta visión ingenua que tienen en general los estudiantes después de su primer curso de mecánica cuántica en la universidad es incorrecta, y que la razón es mucho más profunda que la ambigüedad de orden que acabamos de mencionar. Esto lo vamos a hacer utilizando como ejemplo los intentos de cuantización de la partícula relativista. De la misma manera que en nuestro primer curso de cuántica en la universidad teníamos una partícula clásica no relativista sometida al potencial del oscilador armónico, o al del átomo de hidrógeno, y la hemos hecho cuántica, ahora vamos a intentar hacer lo mismo con la partícula relativista. A ver qué ocure.