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22 ago 2019

¿Cuántos personajes femeninos hay en tus problemas de física?

"Un padre y su hijo viajan en coche y tienen un accidente grave. El padre muere y al hijo se lo llevan al hospital porque necesita una compleja operación de emergencia, para la que llaman a una eminencia médica. Pero cuando entra en el quirófano dice: "No puedo operarlo, es mi hijo". ¿Cómo se explica esto?"

A muchos de nosotros nos ha sorprendido esta historia la primera vez que la hemos oído. No porque no pensemos que todas las eminencias medicas sean hombres, sino porque, en la mayoría de las profesiones, siempre asignamos el género masculino por defecto a las personas que las desempeñan.

Esto tiene que ver con lo que estamos acostumbrados a ver y oir desde pequeños, desde los cuentos infantiles hasta los juguetes que se fabrican.

En el siglo XXI, en los clicks de Playmobil sigue siendo difícil encontrar mujeres con uniforme. La mayoría de las profesiones las desempeñan hombres.

Aunque eliminemos del mundo de los niños pequeños todas las actitudes, comportamientos y expresiones machistas, toda nuestra cultura sigue siendo esencialmente masculina. En la inmensa mayoría de las historias de ficción los únicos personajes femeninos que tienen cierto nivel de protagonismo lo son por su vínculo con algún personaje masculino existente, típicamente algún tipo de relación amorosa o de parentesco. Los hombres, en cambio, somos protagonistas por el resto de infinitos motivos. Se trata de una injusticia que ya denunció Virginia Woolf hace 90 años:
"Era extraño pensar que todas las grandes mujeres de ficción fueran, hasta el día de Jane Austen, vistas no sólo desde el otro sexo, sino también únicamente en su relación con el otro sexo. Y qué pequeña es esa parte en la vida de una mujer..." [Woolf1929]

Esta cita de Woolf acabó plasmándose en el cómic Unas lesbianas de cuidado de la dibujante estadounidense Alison Bechdel, dando lugar a lo que hoy en día se denomina test de Bechdel/Wallace [Bechdel2015], en honor a Liz Wallace, que fue quien se lo sugirió a Bechdel (y quien se inspiró en Woolf) [Friend2011]. Se trata de un test muy poco exigente para saber si una obra cumple, no sólo con unos mínimos de presencia femenina, sino también con la condición de que las mujeres estén representadas más allá de lo que sería su relación con los hombres. Este test sólo exige que haya al menos dos personajes femeninos que hablen entre ellos en algún momento sobre algún tema que no involucre a los hombres. La gran cantidad de obras recientes que no superan un test tan poco exigente nos muestra que los avances que se han hecho en este asunto son, aunque existentes, todavía escasos, de tal forma que se puede hablar de que en el siglo XXI seguimos inmersos en un sesgo sistemático contra las mujeres tanto en la literatura como en el cine.

El efecto negativo de esta brecha de género en el comportamiento y expectativas de hombres y mujeres es difícil de cuantificar por lo enorme que es. Es imposible proteger completamente a las nuevas generaciones de este sesgo cultural, porque está en todas partes.

¿Contribuimos los profesores de física a perpetuar estos estereotipos? Ciertamente, hay muchos factores a tener en cuenta, desde la importancia que demos en clase a las contribuciones de las científicas más relevantes, pasando por si tratamos de manera diferente a alumnos y alumnas, hasta la metodología y las dinámicas de clase que establecemos, que nunca son neutrales y siempre benefician a un tipo de estudiantes frente a otros, y muchos otros factores que también son importantes.

En este post nos vamos a centrar sólo en uno de estos factores. Una parte de la actividad creativa de una profesora o un profesor de física consiste en inventarse problemas de papel y lápiz, con situaciones hipotéticas, experimentos mentales o reales, y en seleccionar ejemplos tanto de la vida cotidiana como de ficción para trabajar con ellos los conceptos físicos. Este es el motivo por el que me he entretenido en contar el porcentaje de personajes femeninos y masculinos en 3 libros de texto de Física y Química de 1° de Bachillerato. He anotado el género de los personajes, tanto en los ejemplos e ilustraciones como en los problemas que estos libros proponen a los alumnos.


Antes de seguir, hay que aclarar algunos detalles:
  • No he elegido estos 3 libros de texto porque le tenga especial manía a sus autores o a las editoriales. No me gusta ningún libro de texto. Son simplemente los libros que tenía a mano cuando decidí hacer esto.
  • No he metido en la cuenta los científicos y científicas reales que se mencionan en estos libros. Es decir, no he tocado el necesario tema de si las científicas que han realizado contribuciones importantes están correctamente representadas en estos libros de texto y en los libros de historia de la física. Sí que he incluido en el cómputo algunos deportistas famosos que se mencionan, ya que éstos podrían  haber sido sustituidos por otros o por otras deportistas de similar fama, o por personajes de ficción, con lo que sí puede ser relevante que los autores hayan hecho esta elección.
  • Sólo he contado los personajes que aparecen en la parte de física del libro de texto. En los problemas de química apenas se mencionan personajes, con lo que tiene poco sentido sacar porcentajes.
  • Sólo se han tenido en cuenta personajes en los que el género esté claro, del tipo "un motorista", "una nadadora", "un niño", "una alumna", "un paracaidista", etc. Es decir, no he metido en el cómputo los plurales, como, por ejemplo, "unos niños", "los pasajeros", ni expresiones que no aclaren el género como "una persona". En las ilustraciones sólo se han contado los personajes cuyo género estaba claro.
  • Siguiendo el espíritu del test de Bechdel/Wallace, no sólo es importante que las mujeres estén representadas, sino también cómo están representadas, sobre todo en su capacidad para relacionarse con otras mujeres. Los problemas de física describen típicamente situaciones de cierto riesgo (nadar, montar en bici/moto/coche, saltar, bailar, etc) con normalmente un sólo personaje. La mayoría de estas actividades han sido consideradas tradicionalmente como masculinas. Por eso me he limitado a contar simplemente la presencia de mujeres y dejo para un estudio serio (este no lo es) el análisis de las actividades concretas que las mujeres desempeñan en los problemas de física y con quién interaccionan.   
Tengo que decir que el número de personajes femeninos que me he encontrado en estos libros de texto es mayor del que me esperaba. Se nota, sobre todo en las ilustraciones, que hay cierta voluntad por parte de algunas de las personas que han participado en la elaboración de estos libros de no olvidarse de la mitad de la población. Hay un claro avance respecto de los libros de texto con los que estudié cuando iba al instituto. Aun así, en todos los casos el número de personajes masculinos excede claramente al de femeninos. Estos son los resultados:

  • El libro de Vicens Vives de 2012 cuyos autores son Mª. J. Martínez de Murguía Larrechi y Á. Fontanet Rodríguez (ISBN 978-84-316-8921-6):


  • El libro de SM de 2015, cuyos autores son P. Nacenta, F.I. de Prada y J. Puente (ISBN 978-84-675-7651-1):

  • El libro de Santillana de 2015, cuyos autores son F. Barradas, P. Valera y Mº del C. Vidal (ISBN 978-84-680-1328-2):
Es importante señalar que esto que presento aquí no es, ni pretende ser, un estudio riguroso. El único objetivo de este artículo es hacer que los profesores que lo lean simplemente piensen en este asunto. Yo mismo, hasta 2016, nunca me había parado a pensar en estas cosas, y este es el porcentaje de mujeres y hombres que aparecían en los problemas de física de elaboración propia que ponía en clase:

  • Problemas y ejemplos de elaboración propia hasta el año 2016:

Sin embargo, justo desde el momento en que fui consciente de eso, estos porcentajes han cambiado:

  • Problemas de elaboración propia inventados a partir del año 2017:

Ya sólo el hecho de darte cuenta es un paso importante en la eliminación de esta brecha de género.



Sobre el autor: Sergio Montañez Naz es doctor en física y profesor de secundaria de la enseñanza pública en la Comunidad de Madrid.


Agradecimientos


Agradezco a Mynerva sus sugerencias, que han mejorado notablemente el contenido el texto.



Referencias bibliográficas




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