por Sergio Montañez Naz.
En
un artículo anterior hemos explicado que un método de medida es más preciso cuanto
menores son los errores aleatorios que posee, y que el grado de precisión de un
método se puede cuantificar midiendo varias veces y estudiando la dispersión de
los datos obtenidos al repetir la misma medición.
Dado
que los errores aleatorios producen desviaciones, a veces por arriba, a veces
por debajo, cuando calculamos la media aritmética de alguna forma estamos "compensando"
los errores cometidos, con lo que esperamos obtener un valor cercano al
verdadero. No obstante, hemos explicado que en el caso particular de que esos
datos obtenidos estén más dispersos que la sensibilidad del aparato utilizado,
entonces no podemos tomar como incertidumbre experimental la sensibilidad del
aparato, ésta tiene que ser más grande.
En
este artículo vamos a presentar otro tipo de errores que pueden producirse al medir
una magnitud. Se trata de los errores
sistemáticos.
Se
denominan así porque, al contrario que los aleatorios, ocurren siempre en el
mismo sentido, con lo que ya no nos vale tomar muchas medidas y hacer la media
para compensar las desviaciones. Otro problema que tienen es que son mucho más
difíciles de detectar que los errores aleatorios. Para detectar estos últimos
sólo tenemos que repetir la medición para ver si obtenemos siempre el mismo
valor. En cambio, podría ocurrir que en cada repetición estemos cometiendo
sistemáticamente la misma equivocación, el mismo error sistemático.
Un
ejemplo un poco tonto sería medir una distancia entre dos puntos no siguiendo
el camino más corto. Siempre mediríamos de más. Otro, medir con una regla que
se haya dilatado, con lo que siempre mediríamos de menos. Cualquier aparato mal
calibrado nos da lugar a errores sistemáticos. Parar un cronómetro más tarde
porque no hemos tenido en cuenta que el sonido que nos avisa de que tenemos que
para el cronómetro se propaga a velocidad finita también daría lugar a un error
sistemático. Mediríamos de más todos los intervalos de tiempo.
Todos
los métodos descritos en el párrafo anterior podrían ser muy precisos, pero no
dan como resultado un valor correcto. Están sujetos a errores sistemáticos, con
lo que se dice que no son métodos exactos. En cambio, un método que sea a la
vez preciso (precise en inglés) y sin
errores sistemáticos se dice que es exacto (accurate en inglés).
Es
evidente que cuando un equipo de investigación comete errores sistemáticos
importantes es porque lo está haciendo mal. Sin embargo, no debe pensarse que
sólo los malos profesionales comenten errores sistemáticos, por dos motivos.
En
primer lugar, en muchas ocasiones los científicos son conscientes de que pueden
estar cometiendo errores sistemáticos en las medidas, pero poseen los
mecanismos para poder "cazarlos". Un ejemplo típico es el de un
conjunto de puntos experimentales que deben ajustarse a una recta de ordenada
en el origen cero, pero que, aunque sí se ajustan muy bien a una recta, ésta no
pasa por el origen. Uno entonces se da cuenta de que todos los puntos están más
altos o más bajos de lo que deberían estar.
En
segundo lugar, incluso los equipos formados por los mejores profesionales pueden
cometer errores sistemáticos importantes y no darse cuenta de ello o tardar
mucho tiempo en darse cuenta. Uno de los casos más famosos es laanomalía de los neutrinos superlumínicos de OPERA.
En
septiembre de 2011, los científicos que llevaban a cabo el experimento OPERA
informaron que los neutrinos que habían detectado viajaban más rápido que la luz
en el vacío. Este resultado era más que sorprendente, porque velocidades
superiores a la de la luz en el vacío son imposibles de acuerdo con la teoría
especial de la relatividad de Einstein, teoría sobradamente comprobada y que
constituye la base de la física de los últimos 100 años. Este anuncio provocó una oleada de discusiones,
análisis y comprobaciones en el mundo científico.
· un
cable de fibra óptica mal conectado, que hacía que el tiempo medido fuera más
pequeño.
· un
oscilador de un reloj que iba demasiado rápido, cuyo efecto era el contrario
La
eliminación de estos dos errores sistemáticos dio como resultado que la anomalía
de los neutrinos superlumínicos desapareció. El intervalo de error final
obtenido incluía en su interior el valor de la velocidad de la luz en el vacío,
con lo que no se puede concluir que los neutrinos vayan más rápido que la luz.
Nótese
que el equipo de OPERA tardó varios meses en encontrar y eliminar estos errores
sistemáticos, y esto a pesar que, desde el primer momento, eran conscientes de
que muy probablemente se estaban equivocando y se pusieron manos a la obra a
buscar el error. Cabría preguntarse cuánto tiempo habrían tardado en darse
cuenta de estos errores sistemáticos si su resultado no hubiera sido tan
disparatado.
En
conclusión, otro de los motivos por los que el conocimiento científico no es
infalible se debe a que, a pesar de que los errores aleatorios se pueden
estimar y acotar, uno nunca está totalmente seguro de que no se estén
cometiendo errores sistemáticos importantes. No obstante la Ciencia,
fundamentalmente por su carácter activo y público, va saliendo victoriosa de
todos los problemas que hemos descrito en éste y en otros artículos anteriores.
A ver quién es el listo que encuentra un método de trabajo mejor que el que
siguen los científicos.
Sobre el autor: Sergio Montañez Naz es doctor en física y profesor de secundaria de la enseñanza pública en la Comunidad de Madrid.
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